Artículo para el blog Wonder Woman
Ya es primavera! Personalmente, me encanta la primavera! El verano también, está claro… pero la primavera es el preludio de algo muy bueno que vendrá.
Lo que más me gusta es que anochezca más tarde y que algun día pueda salir del trabajo todavía de día.
La primavera es muy variable, hoy hace sol, y al poco, se pone a llover. Esa misma diferencia puede producir en nosotr@s: hay quien en primavera se siente happy y lleno de energía, y hay quien en esta época se agría y “no puede con él solo”. ¿Y tú de qué tipo eres?
LA PRIMAVERA, LA SANGRE ALTERA
- A) me encanta la primavera, que salgan los bichitos, pasear al sol, poder jugar hasta tarde con los peques en el parque…
¿Sabíais que está científicamente probado que la primavera la sangre altera? Muchas personas, en la época de las flores, sufrimos unos cambios hormonales que nos pueden llevar a un estado de mayor euforia. Existe una via neurològica que va de la retina al hipotálamo (en el cerebro, donde estan todos los nucleos reguladores de determinadas hormonas), que es activada por la luz solar, por lo que “contra mayor horas de luz, mayor explosión hormonal. Psicológicamente nos sentimos fuertes, porqué podemos con todo: hay más horas para hacer cosas, nos da la sensación que el día tiene más horas, somos más eficaces, nos cuesta menos levantarnos por la mañana y emprender la rutina del día, y el fin de semana es la bomba.
LA ASTENIA PRIMAVERAL
- B) no me gusta la primavera para nada, tengo alergia, y paso todo el día como si me hubieran derrumbado en un combate de boxeo… cansada es poco.
Soy consciente que no es oro todo lo que reluce, porqué muchas también podemos sufrir en esta época del año lo que conocemos como la astenia primaveral. Aparece la sensación de fatiga de manera continuada (tanto física como intelectual) y la pérdida de motivación y de interés por el entorno, además de poder aparecer somnolencia diurna, dificultades en la concentración, irritabilidad y tristeza, disminución de la líbido…, siendo mucho más difícil hacer lo que antes era “coser y cantar”. Pasamos todo el día como zombies, esperando que se acabe la jornada para volver a la cama, y a pesar de dormir más de lo habitual, no nos sentimos descansados.
¿De qué depende que seamos de un tipo o de otro? Pues por muy demostradas científicamente que estén una u otra opción, lo que más afecta es nuestra personalidad. Está claro que hay cosas que nuestro carácter no puede cambiar: ni la alergia ni el cansancio, ni que salgan los bichos ni que vuele el polen. Pero en lo que sí puede influir es en la manera en que nos tomemos las cosas (en primavera y en cualquier época del año). Está claro que será mucho más beneficioso si tenemos una visión más optimista de la vida: sonreímos porque hoy ha salido el sol y la ropa se secara antes, o sonreimos porque hoy llueve y regará las plantas, nos alegra que los niños quieran salir con las bicis a pasear, o me alegraré porqué hoy estoy súper cansada y tengo alergia pero la reunión del trabajo ha salido genial….
¡Poneros un poco a prueba! Haced una lista de cosas que os gusten y que se pueden hacer en primavera. Podéis pedir ayuda a los peques de la casa, que seguro que a ellos se les ocurren un millón de cosas y no se preocuparán por si están cansados o padecen astenia primaveral.
Una vez hecha, toca llevarla a cabo, pero no como una obligación, sino buscando la parte positiva de la actividad ¡(porqué siempre la hay)! ¡Y disfrutad de ello!