PASTANAGA, OU O CAFÈ…

Aquesta setmana va venir la Clara a la consulta… es queixava de que la setmana havia anat molt malament. Tot li havia anat malament, segons deia, a la feina, a casa, amb els nens… Em deia que últimament s’atabala molt perquè veu a altres dones a les que els hi passen coses semblant a ella i no es desborden… es controlen o inclús poden passar pàgina sense que això les faci estar rumiant tot el dia sobre el mateix.

Li vaig dir que li volia explicar un conte. Primer em va mirar sorpresa, però des de la confiança que em té (sabia que ho feia amb alguna intenció), es va posar còmode a la cadira i em va escoltar.

Una nieta se quejaba a su abuela sobre su vida y cómo las cosas que le pasaban le estaban siendo muy difíciles. No sabía cómo hacer para seguir afrontándolas y creía que no lo conseguiría. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.

Su abuela la llevó a la cocina. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó al fuego. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra.

La nieta esperó pacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su abuela. A los veinte minutos la abuela apagó el fuego.

Sacó las zanahorias y las colocó en un recipiente. Sacó los huevos y los colocó en otro. Coló el café y lo puso en un tercer recipiente.

Mirando a su nieta le dijo: “Sara, ¿qué ves?”.

– “Zanahorias, huevos y café”, fue su respuesta.

La hizo acercarse a la encimera, donde había apoyado los recipientes y le pidió que tocara las zanahorias. Sara lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Después de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Más tarde le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.

Sara preguntó a su abuela: “¿Qué significa esto, yaya?”.

La abuela le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: ¡agua hirviendo!, pero que cada uno había reaccionado en forma diferente:

– La zanahoria llegó al agua siendo fuerte y dura. Pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer.

El huevo había llegado al agua siendo frágil. Su cáscara fina protegía su interior líquido. Pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido, quizás demasiado…, se mostraba duro e inaccesible…

– Los granos de café sin embargo eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, han cambiado al agua.

“¿Cual eres tú?”, le preguntó a su nieta. “Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿Cómo respondes? ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? ¿Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación un despido, o cualquier otra cosa que te afecte, te has vuelto dura y rígida? Por fuera eres igual pero, ¿cómo te has transformado por dentro?

¿O eres como el café? El café cambia el agua, al elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición, el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor, tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren, cambias la situación, pero también tu actitud y tu emoción”.

I tu què vols ser??? Pastanaga, ou o cafè???

Photo by Viktoria Alipatova on Pexels.com

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